La receta de hoy es el equivalente gastronómico del Hombre del Saco para mucho niños y adultos. Demasiado verde en un plato, pero estamos en temporada y me apetecía mezclar alguna de las maravillas que esta época del año nos ofrece.

Adoro todo tipo de verduras, pero hay algunas que me sientan como el martillo de Thor golpeando mi estómago, digiero mucho mejor un chuletón de kilo, pero aunque duela, no seré yo el que me prive de cualquier cosa que me haga disfrutar.

El título de la receta comienza con las coles de Bruselas y no es casualidad porque es el ingrediente principal con el que comencé la idea. Durante las navidades visioné un especial de Jamie Oliver y la curiosa forma de cocinarlas captó mi atención y deseo aunque no fuese a utilizarlo como complemento del pavo de navidad.

Lo primero que me resultó curioso fue el formato de estos mini repollos. Con una maquina procesadora las laminaba muy fino, como si fuera confeti y nunca había pensado en transformar una verdura que en su forma original me resulta muy atractiva. Lo segundo que me atrajo fue el desparpajo con que vertía la salsa Worcestershire (Lea Perrins), se parecía a cuando yo me echo colonia, fuera sutilezas de cuatro gotas, a chorro.

El resto de complementos surgieron sobre la marcha en el Mercado del Fontán, cualquiera se resiste a las alcachofas o unas aromáticas setas lengua de vaca. El foie fresco la remata con un toque delicatessen, aunque cualquier verdura en su estado óptimo es por si misma una joya de alta gastronomía.

Podría liarme hablando de los beneficios y aspectos nutricionales de los ingredientes, que si las alcachofas son diuréticas, que si 100grs de coles solo tienen 43 calorías y que aportan vitamina C, potasio, fósforo, magnesio, calcio, sodio, hierro, zinc, yodo y selenio, vamos casi toda la tabla periódica de elementos, pero hay una sola conclusión, HAY QUE COMER VERDURAS.

De la lengua de vaca (Hydnum repandum), como cualquier seta, resulta deliciosa y se le da este nombre porque el himenio o parte inferior del sombrero, nos recuerda a las papilas de este herbívoro; aunque si sois de los que le hacéis ascos a las verduras, supongo que de la lengua de ternera ni hablamos, pero si os interesa, pinchar aquí para ver la receta.

Ingredientes:

Coles de Bruselas, Alcachofas, 2 cebollas moradas, lengua de vaca, 30grs de mantequilla, salsa Worcestershire, 1 limón, agua, foie fresco, AOVE, sal y sal en escamas.

Comenzaremos la receta deshojando las alcachofas hasta quedarnos solo con la parte central, mantenemos un poco del tallo que también pelamos. Cortamos a la mitad y conservamos en agua con limón exprimido para que no se oxiden.

Ahora limpiamos las coles de Bruselas deshojando las dos o tres primeras capas y reservamos. Pelamos y cortamos la cebolla en juliana, la pochamos a fuego lento con una nuez de mantequilla. Mientras tanto, con una mandolina, sin rebanarnos las yemas de los dedos, laminamos las coles de Bruselas y se las añadimos a la cacerola cuando la cebolla este pochada.

Les agregamos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y salamos, dejamos que sude y se vaya haciendo. Cuando estén tiernas, le añadimos la salsa Worcestershire como si no hubiese un mañana, cuando creáis que habéis sido generosos, continuar sacudiendo el frasco un poco más. A fuego medio dejamos unos 5 minutos removiendo con frecuencia. Reservamos al fuego muy bajo 1-2 para mantener la temperatura.

Escurrimos las alcachofas sacudiéndolas muy bien el agua, salamos y freímos hasta que queden crocantes, sacamos a una fuente con papel absorbente. Cortamos las setas en trozos grandes y con cuatro gotas de aceite y un poco de sal las salteamos. Reservamos.

Montamos el plato poniendo las coles en el centro, vamos bordeando con las alcachofas siguiendo los puntos cardinales, en los huecos restantes ponemos las setas.

En la misma sartén de las setas, sin aceite, a fuego fuerte ponemos el foie, se hace por cada cara 10 segundos y colocamos en el centro del plato salando con unas escamas, en este caso de vino tinto Matarromera.