José Guadalupe Posada y la célebre Catrina

José Guadalupe Posada, dibujante y grabador

En la historia de la gráfica mexicana, hay algunas artistas cuya obra fue determinante para forjar la imagen de México en sus diferentes épocas. Entre ellos podemos contar, sin duda, a José María Velasco, autor de una serie de célebres pinturas sobre el valle de México a mediados del siglo XIX; a Diego Rivera, con sus murales sobre el pasado prehispánico; y a José Guadalupe Posada, creador de un estilo artístico que representó al pueblo mexicano, con sus alegrías y sus miserias, en los años en que gobernaba a México el dictador Porfirio Díaz.

Hoy día, Posada es recordado fundamentalmente por haber representado a las clases populares de México, en la forma de esqueletos y calaveras, y muy en especial, por ser el creador de la imagen que el pintor Diego Rivera inmortalizó con el nombre de “la Catrina”. Pues bien, hagamos un viaje al pasado de México para conocer algunos aspectos de la vida de este célebre y genial dibujante y grabador mexicano.


Un periódico hablador, pero no embustero

José Guadalupe Posada, nacido en la ciudad de Aguascalientes el 2 de febrero de 1852, estudió en la Academia Municipal de Dibujo de Aguascalientes. Comenzó a trabajar desde muy joven en un taller de impresión, en donde realizó caricaturas que fueron publicadas en un periódico de oposición llamado El Jicote, el que por cierto, en un desplante de ingenio, se anunciaba como un “periódico hablador, pero no embustero, redactado por un enjambre de avispas”.

Después de algún tiempo se mudó a vivir a la ciudad de León, en Guanajuato, en donde adquirió un taller y comenzó a trabajar por su cuenta colaborando para diversos periódicos de oposición. En 1875, contrajo matrimonio con María de Jesús Vela.

En 1888, cuando el general Porfirio Díaz comenzó su tercer periodo como presidente de México, Posadas se trasladó junto con su familia a la ciudad de México. Eran aquellos tiempos difíciles para el pueblo de México, ya que mientras el país se encontraba experimentando un momento de fuerte impulso al desarrollo industrial y comercial, los trabajadores del campo y la ciudad eran muy pobremente remunerados y carecían de prestaciones y seguridad laboral, ante la inexistencia de leyes que los protegieran.


El fin del mundo

Asociado con el editor Antonio Vanegas Arroyo, Posada colaboró para diversos periódicos de la ciudad, tales como La Patria Ilustrada, La Revista de México, El Padre Cobos, El Gil Blas, Argos, El Popular y El Chisme. Fue en esta época que llevó a cabo infinidad de ilustraciones, tanto para publicaciones periódicas como en hojas sueltas, dirigidas al pueblo de escasos recursos, algunas de la cuales se vendían al precio de 5 centavos.

En estas ilustraciones Posada representaba a personas del pueblo mexicano en sus actividades cotidianas, en sus fiestas o en las cantinas. Pero también los dibujaba en sus sufrimientos, denunciando el maltrato y explotación de que eran objeto por parte de los hacendados o empresarios industriales.

Llaman la atención los dibujos que publicó Posada sobre el fin del mundo, qué de acuerdo con diversas supersticiones, ocurriría en el año 1900, por lo que existía un gran temor en el pueblo en torno a esta visión apocalíptica. Las escenas representadas por Posada captaban magistralmente la incertidumbre y el terror que provocaba al pueblo la proximidad de esta “fatídica fecha”.

La muerte era un tema que cautivaba la atención de este célebre artista. Lo que lo llevó a realizar múltiples ilustraciones representando a la gente humilde con cuerpos esqueléticos, mostrando sus anhelos y padecimientos Muchas de estas ilustraciones se vendían en hojas sueltas, a precios accesibles para la gente del pueblo.

Es memorable la representación que hizo Posada del interior de una pulquería, en la que podemos observar a diversos personajes esqueléticos: una pareja danza al son de un arpa, mientras una mujer prepara las tradicionales gorditas sobre un sartén y un hombre sirve un vaso de pulque, en tanto que otro lo bebe en un vaso de vidrio.

Otro de los temas representados por este artista fue la Revolución Mexicana que estalló en 1910. Pero Posada no llegaría a vivir lo suficiente para conocer el desenlace de este movimiento revolucionario, ya que murió el 20 de enero de 1913.


Te retamos a armar la imagen con el menor nómero de movimientos posibles

La Catrina o Calavera Garbancera

Como podrán ustedes imaginar, la ilustración más famosa de Posada fue la “Calavera garbancera”, es decir, una mujer esquelética portando un vistoso atuendo de la alta sociedad: sombrero de corte francés y una ostentosa estola. Esta cadavérica dama fue creada por Posada como una burla a las mujeres indias o mestizas que acostumbraban vender garbanzos en los mercados, que al superar su condición de pobreza emulaban las costumbres de la alta sociedad, vistiéndose a la usanza francesa.

Más de tres décadas después de la muerte de Posada, Diego Rivera, quien tenía gran admiración por la obra de este artista, incluyó a la garbancera como un personaje más de su mural titulado “Sueño de una tarde de verano en la Alameda”, identificándola como “La Catrina”, que tiene su origen en el nombre de “catrín”, que se aplicaba a los hombres de la alta sociedad, que vestían con elegancia.

Rivera la representó caminando alegremente del brazo de su creador, José Guadalupe Posada y de la mano de Diego Rivera niño.

La escena de la Catrina generó una fascinación en el público y muy pronto se convirtió en un símbolo de la celebración del día de muertos.

Gracias a la gran difusión que tuvo el mural de Rivera, hoy en día el nombre de Posada nos es familiar y su obra gráfica ha sido objeto de diversas exhibiciones museográficas, además de haber servido para ilustrar múltiples libros sobre la historia y la cultura de México.


Te recomendamos ver:

El origen y significado de la Catrina. Video. Tradiciones de México. Disponible aqui.
https://www.youtube.com/watch?v=SGIsYr5n41w