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Eli Cortiñas

Afincada en Berlín, su obra se ha exhibido en museos y galerías de medio mundo, donde refleja no sólo su pasión por el arte sino la gran influencia que el cine ha dejado en su producción artística.

La artista Eli Cortiñas ante una de sus obras en la Galería Saro León.

La videoartista grancanaria Eli Cortiñas, afincada en Berlín, es una de las creadoras más interesantes dentro del actual panorama artístico. Su trabajo ha sido presentado en exposiciones individuales y colectivas en instituciones como el Museo Ludwig, la Kunsthalle Budapest, el Museo Marta Herford, el CAAM, el Museo de Arte Moderno de Moscú, el Centre Pompidou, La Virreina o el MUSAC, entre otros centros de referencia. Sus vídeos, además, se han proyectado en bienales y festivales internacionales como la Bienal Internacional de Moscú de Arte Joven, la Mardin Bienal, el Festival Internacional de Cortometrajes de Oberhausen o el Festival de Cine de Nashville. "Me nutro de todo lo que me rodea en mi día a día" para desarrollar sus creaciones, según explica Cortiñas: "Observar, el cine, la filosofía, los viajes, mis grandes amigos, otros artistas y la realidad social y política en la que vivo" son la fuente de inspiración para esta autora de la cual se exhibe actualmente en la Galería Saro León de Las Palmas de Gran Canaria parte de su nueva producción.

La videoartista, que además trabaja la instalación escultural con diferentes medios, cuenta que "antes de estudiar arte en Alemania" cursó cine en Dinamarca "y trabajé como editora de películas experimentales y documentales. Esa fue mi entrada al fascinante mundo del montaje, que cambió mi vida y mi expresión artística de forma radical". No es de extrañar, por tanto, que entre sus referentes creativos se mezclen creadores plásticos y cineastas "entre tantísim@s más", matiza, como Lynn Hershman, Tomasso Binga, Marcel Broodthaers, Passolini, Martha Rossler o Kaprow. "Hoy en día es impensable imaginar una bienale, una manifesta o cualquier gran exposición de ese calibre que no cuente con una cantidad de videoarte importante", dice sobre las reticencias que históricamente han existido para otorgar a este lenguaje artístico el lugar que merece en el circuito cultural. "Hay muchos obstáculos en lo que respecta a su difusión, venta y condiciones de producción (casi inexistentes), que siguen siendo una enorme desventaja para nuestro trabajo. Se necesita repensar las estructuras para el videoarte", agrega esta curiosa viajera que, más que con lugares, se queda con las imágenes que de estos parajes se le han grabado en la memoria: "El amanecer en la ruta del desierto en Argentina; el verano húmedo y soporoso en Moscú; el sol radiante a menos 10 grados en el antiguo aeropuerto Tempelhof de Berlin o la tierra roja y el océano que se abre cuando el avión pierde altura y planea sobre las Islas Canarias".

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